Del cerebro letrista de los Smiths, el inimitable Morrissey, se han dicho tantas cosas que no caben ni en la ‘Mozzipedia’. Una de las comidillas por la que más tinta ha corrido es la de que nuestro hombre es ciertamente misógino. Pero si atendemos a sus influencias literarias, sociales y estéticas, esa afirmación pierde toda sustancia. Todos nos acordamos de Oscar Wilde cuando toca hablar de la herencia cínica y dramática de las letras de los Smiths, banda de cuya formación estos días se cumple el 30º aniversario. Pero lo cierto es que cuando Morrissey trata de homenajear en sus letras a autores, las mujeres resultan en clara ventaja con respecto a los hombres.
Una de las mayores influencias del cantante, que trasciende sobre todo en los temas que conforman el primer álbum (‘The Smiths’), es la dramaturga y guionista Shelagh Delaney, famosa por su primera pieza teatral, ‘A taste of honey’ (1959; dos años más tarde llevada al free cinema por Tony Richardson). Versos íntegros de las letras de la banda proceden de las obras de Delaney. El influjo es tal que Morrissey llegó a declarar en 1986 que al menos el 50% de sus motivos para escribir se los debía a Shelagh Delaney. Otra de las mujeres sin las que no se entendería la poética smithsoniana es Elizabeth Smart, fascinante escritora canadiense, que en español podemos leer desde hace muy poco tiempo gracias a la editorial Periférica. Su novela ‘En Grand Central Station me senté y lloré’ constituye otra gran fuente de la que Morrissey bebe para enriquecer sus letras; la impronta de Smart se percibe especialmente en algunas canciones del álbum de 1985 ‘Meat is murder’, como ‘Well I wonder’, ‘Nowhere fast’ o ‘What she said’, que podríamos considerar como una libre adaptación de la novela, tantas son las referencias a su texto. Lo mismo sucede con el tema ‘Shakespeare’s sister’; esta canción, que el propio Morrissey definió como «the song of my life», destila una fuerza propia del ‘Meat is murder’, aunque se lanzó como single independiente sólo un mes después de la publicación del álbum. Algunas de sus líneas podemos relacionarlas con extractos de ‘En Grand Central…’
Y, ya que hablamos de escritoras, no hay que olvidar que el título ‘Shakespeare’s sister’ surge de una de las reflexiones principales de ‘Una habitación propia’: en su ensayo, Virginia Woolf se inventa a una hipotética hermana de Shakespeare, que aun contando con el mismo talento que su hermano no habría llegado jamás a ser una dramaturga de éxito en la sociedad isabelina, pues a causa de su sexo se le habrían cerrado las puertas de una educación privilegiada.
El título del disco ‘Louder than bombs’ también aparece en la novela de Smart. De hecho, la portada elegida para dicho álbum nos presenta a una mujer que ya nos suena de algo: es la misma que aparece en el single ‘Girlfriend in a coma’, que no es ni más ni menos que, de nuevo, Shelagh Delaney. No en vano, el característico artwork de los discos y singles de The Smiths lo diseñaba siempre Morrisey, quien gustaba de homenajear en ellos a sus actores, películas y artistas favoritos.
Aparte de escritoras (entre las que también cabe destacar a Sylvia Plath, las Brontë, Anne Sexton o las feministas de los 70 y 80), en la influencia que las artistas han ejercido en la lírica de The Smiths caben innumerables cantantes como la muy eurovisiva Sandie Shaw, a quien Morrissey escribía febriles ’ fe fan letters briles ’ durante su adolescencia y cuyo hit ’Heaven knows I’m missing him now’ recibe el guiño de ‘Heaven knows I’m miserable now’; o Patti Smith, que fue de alguna manera la responsable de que Marr y Morrissey se conocieran, en un concierto suyo en Manchester en 1978. Nico, Marianne Faithfull y Siouxsie Sioux también forman parte del Olimpo de diosas musicales smithsonianas.
¿Por qué la música de The Smiths permanece tan ligada a lo femenino? Tal vez encuentre Morrissey en ciertas mujeres un espejo, otras personas que sienten, como él, el desasosiego y la sensación de incomprensión que lo caracteriza desde su etapa en la banda y continúa hasta sus más recientes trabajos como solista. O, simplemente, en casa de los Smith sabían que «Some girls are bigger than others»…
Texto de REGINA LÓPEZ.