Piensa. Amristar es uno de esos lugares que todos deberíamos visitar aunque fuera una vez en la vida, cierto que es una ciudad un tanto ruidosa y atestada de gente -como es la tónica de aquellas que bordean la frontera paquistaní- pero ofrece a quienes la visitan la calidez y el acercamiento humano que tanto se añora en los grandes tótem turísticos.
Valora. Comer pollo tikka-masala en un restaurante agitado, pero no alterado, sólo cuesta unas cuantas rupias. Además, podrás rendir homenaje a Jallianawala Bagh, un lugar cuya triste historia está pintada en rojo, el color de la sangre inocente vertida por los fusiles británicos en 1919. Aunque, no cabe duda de que el reflejo más emblemático de la cultura hindú de Amristar es el Templo Dorado: lugar de peregrinación sagrada para los sijs. Estos Discípulos Fuertes y Tenaces acuden a sus muros para venerar los dictámenes recogidos en su libro sagrado, Adi Granth, y para purificarse en las aguas del estanque de Amrit Sarovar (el océano del néctar de la inmortalidad), sobre las que flota el Harmandir, el santuario más sagrado del enclave.
Cree. Pues no importa la religión que se profese, ni siquiera si se profesa alguna, el Templo Dorado embriaga los sentidos nada más abrirse sus puertas. En el día, las aguas del Amrit se vuelven doradas al capturar los rayos del sol, durante la noche, por el contrario, el misterio se adueña del entorno y el misticismo se incrusta en lo más hondo del visitante.
Sueña. Y practica un turismo cultural honesto, la solidaridad infinita de esta gente que no duda en ofrecer lo poco que tienen para demostrar que la escasez material no implica ausencia de corazón.
LOCALIZADORES. Amristar, el océano del néctar de la inmortalidad, es una ciudad india ubicada en la región del Punjab. Los datos censales sitúan la población de la ciudad en más de un millón y medio de personas, mientras que en el Estado se alcanzarían los cuatro. Al noroeste de la capital Delhi y en la frontera con Pakistán es el hogar de la religión Sikh, cuidadora del Templo Dorado.
CÓMO LLEGAR. La mejor opción es tomar un vuelo hasta Nueva Delhi. Numerosas compañías ofrecen una gran cantidad de viajes a precios que rondan los 800 euros. También se puede volar directamente a Amristar, pero resulta más productivo y enriquecedor desembarcar en la capital y desde allí tomar un tren hasta el Punjab. El Shatabi Express es el más rápido, 5 horas, y el más cómodo. «Última llamada a los señores pasajeros del vuelo 1498 con destino India». No hay vuelta atrás, a priori puede parecer una locura pero la emoción de viajar y el sabor aventuresco que emana de esta escapada lo presentan irresistible.
Por Jesús Peña.