Algún secreto tiene Casa Sostoa para que quien pase por allí siempre quiera volver. Aunque quizás, más bien, sea un secreto a voces, porque es fácil entender por qué funciona tan bien una iniciativa como ésta y por qué hay que repetir visita. Basta pasar por allí en alguna de las actividades programadas para comprobarlo: espontaneidad, acogida, aprendizaje, debate y generosidad son solo cinco de las características de este proyecto puesto en marcha por Pedro Alarcón hace ya un año. ¿Dónde? Pues en el salón de su casa en calle Sostoa y junto a la parada Princesa del Metro de Málaga.
Casa Sostoa nació con la filosofía de convertir una casa en un centro de arte. Así, las paredes del salón, del estudio, del dormitorio o de la cocina se convierten en muros expositivos. Pero la iniciativa va más allá que un simple museo, porque su base son los encuentros con artistas. Y es en la intimidad, ante un reducido grupo de personas, donde la idea cobra aún más sentido. Nada mejor para el espectador que escuchar de la voz del propio creador el proceso desarrollado en sus obras, sus ideas, sus intereses, sus respuestas. Y charlar después con él con una copa de vino en la mano.
Por allí han pasado en este año una buena selección de arte joven. Casa Sostoa se estrenó con la participación de María Bueno Castellano, David Escalona, Emmanuel Lafont, Guilermo Martín Bermejo y Felipe Ortega Regalado, para continuar posteriormente con nombres como los de Miguel Losada, Joaquín Peña-Toro o Antonio R. Montesinos. Y se cerró con la participación de Ignacio Estudillo, Susana Ibáñez y Laura Franco con la muestra ‘Wunderkamer’.
Promete volver Casa Sostoa en la nueva temporada con nuevas propuestas. Y no olviden reservar su plaza a través de su web (www.casasostoa.es) o sus redes sociales.
Por Nacho Sánchez.